Segundo día: barrio de Akihabara y parque de Ueno

El día de hoy lo hemos destinado mayormente a la compra de una cámara de fotos ya que con el ajetreo de la costillada se nos olvidó en casita :). Y qué mejor sitio que Tokyo para ello y su barrio de Akihabara (paraíso del electrónica). Aquí se pueden ver dos ejemplos de los cientos de edificios dedicados a los videojuegos, mangas, electrónica...

Entre medio de tanta electrónica puedes ver a chicas como las de la foto que se llaman "meidos" dándote publicidad de sus bares, donde te asisten en tu consumición. Llevan un atuendo algo curioso.

Además hay muchos locales llenos de máquinas de esas que coges cosas con la pinza, pero que siempre acabas fallando. Nosotros hemos intentado llevarnos un llavero con forma de Sushi pero no ha habido forma.Están amañados

Aquí tenemos a Jose que ha encontrado a Dar Vader y no ha podido resistir su vena friki, je,je
Más bien ha sido un: ponte ahí Jose que te hago una foto.

Los alrededores de las estaciones de tren están repletos de bares y restaurantes, y llenos de gente que toman alguna copa después del trabajo. Es muy impactante ver a chicos trajeados y con  maletín saliendo a altas horas de la noche de los bares. Parece que no tengan casa. Para muestra un botón:

Callejeando (hemos andado una hora y media) nos hemos encontrado con este altar improvisado en un solarcillo de unos 40 metros cuadrados. Cualquier lugar es bueno para hacer unas oraciones. Nos ha chocado la devoción que hay en este país, hay gente rezando a todas horas.

Después de tanto andar hemos hecho un alto en el camino para comernos unas bolas de arroz (onigiris). Están que te mueres, ésta concretamente estaba rellena de atún, parece que me gusta porque Jose me ha pillado relamiendome, je,je

Parque de Ueno. Para no perder la costumbre siempre llegamos a los sitios tarde, así que hemos tenido que ver este enorme parque de noche. Aquí abajo se muestra el santuario de Bendeto junto con unos rascacielos de última generación. Una mezcla que nos ha llamado mucho la atención.

Jose junto al enorme inciensiero donde se deja una ramita de ellos y con el humo te lo echas por encima con el fin de purificar el alma. A ver qué podemos hacer nosotros con la nuestra, je,je

Y Montse con los deseos de cientos de personas, como hemos llegado y estaba cerrado no he podido pedir los nuestros, pero todo se andará.

De camino hacia el hotel nos hemos encontrado con la estación de tren de Ueno también atestada de bares y curioso ha sido como montan las mesas de las terrazas: son cajas de cervezas apiladas con una tabla por encima. Qué ideas para importar!!!!

Y para acabar el largo día de compras, nos hemos metido en un restaurante genuino y nos hemos puesto las botas: todo por menos de 15 eurillos. Y qué buena que está la comida japonesa, nada que ver con la de Barcelona.

La autora del segundo día he sido yo: Mon.
Mañana más. Saludos